Lo intrascendental
La gente está obsesionada con lo trascendental. Pero no puedo compartirlo, no puedo. Me apasionan tanto los detalles más absurdos y más insignificantes de la existencia. El hecho de que te cases o que te hayas sacado unas oposiciones pudieran parecer de lo más interesantes, pero no voy a soñar con ello. Que consigas este o aquel trabajo, que robes un banco disfrazado de Sánchez Gordillo, que te sepas de memoria la lista de los reyes godos o que te recortes la barba en honor a Rajoy. De verdad, no me interesa. En cambio hay otras cosas, otras cosas más ínfimas, íntimas y estúpidas que podrían atraer mi atención durante muchas horas, durante toda una larga, sola y entera noche. Por ejemplo, por qué cocinas un filete a las cuatro de la mañana, por qué decidiste tocarte así la oreja o por qué, inconscientemente incluso, al mover así tu pelo con la mano resultas tan atrevidamente sexi. Por qué cantas cuando nadie te oye o por qué te has mordido el labio sin darte siquiera cuenta. Por qué te apasiona el suspense de Hitchcock o por qué duermes así de lado, contra la pared, en tu cama. Por qué saludas levantando la mano derecha y no la izquierda. Por qué le hablas a las plantas, si de verdad piensas que te escuchan. Esas y muchas otras pequeñas memorias de la vida. Hay tantas cosas que desconozco y no me atrevo a preguntar. Quizá se rompería toda la magia de un solo golpe; la pregunta está prohibida. La imagen de tus labios escupiendo palabras; querer saber qué piensas antes de irte a dormir; qué ilustres cosas invaden tu pensamiento a las cinco de la tarde cuando el mundo ni ha empezado ni ha acabado todavía. Existen aún algunas muestras de humanidad en esas cosas, indecibles cosas de las que nunca hablamos y que, sin embargo, están cambiando nuestras vidas.
Escrito en: Babel Etiquetas: cositas, instrascendente, qué es la vida
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6 comentarios en “Lo intrascendental”
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El hombre es la nueva mujer
Vamos, que eres un romántico empedernido y te encanta American Beauty, no?
«En cambio hay otras cosas, otras cosas más ínfimas, íntimas y estúpidas que podrían atraer mi atención durante muchas horas, durante toda una larga, sola y entera noche» <– muchos somos así y además nos flipa, nos hace reir y apasiona …. y no solo en la humanidad.
un saludo
Jaja, Jadeth, ya me conoces un poco: no creo ser un romántico empedernido por eso, pero sí que creo que el disfrutar de esos pequeños detalles es lo que nos convierte en verdaderos seres vivientes que aprovechan sus vidas. ‘American Beauty’ es absolutamente magnífica, por cierto, y precisamente sobre eso y la bolsa de plástico que tanto detestan algunos, escribí hace poco un post aquí mismo.
Un placer volver a verte por este rinconcito, Jadeth!
Sip, recuerdo la entrada de la bolsa de plástico. Me encantó!
Con romántico empedernido me refería a un enamorado de esos instantes, detalles que nos hacen respirar! jeje, siempre tengo que explicarme por segunda vez… ya sabes, se me da fatal! 😉
Hoy he descubierto este blog, de manera accidental y me encanta. ¿Por qué no escribes últimamente? Espero que sea por estar muy ocupado 🙂
En cuanto al tema del post, si supiera escribir así, podría pensar que es mío, coincide a la perfección con lo que pienso o mejor con lo que siento.
Saluditos
Y por qué en este mundo tan rápido, donde lo más importante es tener, hay tan poca gente sencilla que se apasiona por estos detalles más absurdos e insignificantes de la existencia?
El mundo sería más hermoso si hubiesen más “románticos empedernidos”.
Un saludo